Hola hija. Te veo aplaudiendo en el balcón a los médicos que están poniendo el hombro por nuestro país y lloro. Me ves y te digo que estoy emocionada por esta unión de almas a la distancia y es verdad. Lo que no te puedo decir por tu edad es que estoy triste porque mi misión fue traerte a un mundo en el que pudieras vivir en libertad con tu espíritu único y arrasador. Sin embargo, aquí nos ves: a tus siete años estamos entre cuatro paredes, hablando del maldito coronavirus cuando tendrías que estar aprendiendo y disfrutando sin barreras.
Creo igual que, como te digo todos los días desde que empezó este calvario, este momento es una gran oportunidad para las dos: con mamá en casa, nos vamos a conocer mejor, vamos a jugar mucho más, nos vamos a pelear y me voy a enojar como nunca -ya te lo dije: ¡ejercitemos la paciencia!-. Te vas a aburrir y yo a agotar pero sobre todo, vamos a fortalecer este vínculo que es el más amoroso, genuino e infinito que tuve en toda mi vida.
Es mi código con vos desde antes de nacer pero estos días te dije más TE AMO que en otros momentos. Ya sé que soy pesada pero necesito decírtelo porque es mi defensa y mi bandera frente a tanta incertidumbre, dolor y crueldad.
Te cuento también que estoy conociendo a una nueva Eva. No sos tan inquieta como cuando el mundo giraba sin coronavirus. Estás más tranquila, en un nuevo ritmo, como yo. Me estás ayudando mucho a sobrellevar este tiempo con tu alegría, tu energía y tu creatividad. Respetás mis horas de trabajo en silencio -¡bravo por vos!-, me estás preparando unos desayunos riquísimos -me encantó la torre de tostadas con crema, mermelada y bombones- y estamos armando unos picnics inolvidables con tu carpa en la terraza para ver las estrellas ¡¿No me digas que no está buenísimo cocinar juntas?!. No es mi fuerte pero lo estoy intentando y vamos bastante bien.
Me preguntás cuándo va a terminar este infierno y la verdad es que no lo sé. Es un día a día. Quedaron en el camino muchos proyectos, entre ellos tu deseo de festejar el cumpleaños con tu amigo Ulises. Ya lo vamos a hacer, no te preocupes. También vas a volver a correr y hacer piruetas en gimnasia, como querías. Lo sé. Por las noches le ruego a todos los dioses que nos protejan y que el coronavirus deje de enfermar y matar y se muera pronto.
Estoy segura que seremos otras cuando esto pase, mucho más fuertes. En esta estamos juntas mi gladiadora como desde el principio.
¿Cómo? ¿Qué querés hacer un experimento conmigo y la masa verde? Dale, ¡ahí voy!