Llamadas desde el más allá

Suena el tedioso teléfono del whatsapp. Cuando las señales se cruzan (a veces no es tan fácil desde Africa), escucho la voz de Amadou que llega desgastada desde Senegal. No pasan quince días y aparece queriendo hablar con su hija en inglés o en un primitivo español.

Pregunta cómo estamos. De este lado, generalmente estoy a mil armando nuestra rutina, jugando o siguiendo a Evangelina por toda la casa. Sigue trepándose e investigando todo lo que encuentra en su camino. Estamos siempre en movimiento. Ella y yo.

Cuando ellos entran en contacto, ella lo saluda, se rie y le lanza un «Hola Papá» o un «Hello». A veces está en su mundo y no quiere hablar. El lo único que le dice en ambos idiomas es que la ama, que la extraña, que es su amor. Es imposible para mí procesar y unir la distancia, la ausencia y el amor todo junto a la vez.

Si el sonido es el del skype –avisa una hora antes para que me conecte–, ya sé que voy a quedar agotada. Me genera un gasto de energía sobrehumana verlo y sostener tiempos y diálogos como mediadora entre los dos.

imageDesde el principio me pregunté y pregunto qué debería hacer. Si le hace bien a Eva este contacto. Si sería preferible no atenderlo más, borrarlo de nuestro mapa. Siempre llego a la misma conclusión: la verdad es el mejor camino en todos los casos. No podría contarle a mi hija una historia que no sea la verdadera. «Si lo que le transmite es amor, no se lo impidas», me aconseja la psicóloga.

Conozco historias de padres que se borraron sin culpa, que borraron a sus hijos de sus mapas. De otros que están separados y que le hacen la vida imposible a sus ex parejas. De otros que son figuritas decorativas y que entorpecen todo. De otros que cubren a las madres porque ellas se borraron real o simbólicamente. Conozco historias de hombres que se transforman en papás del corazón por amor a una mujer y de otros que sueñan con serlo y por distintas razones no pudieron. También de papás que disfrutan de cada minuto de sus hijos, que están a la par. El amor o el desamor siempre dejan huella.

Amadou es un personaje sin categoría para mí (los que nos rodean en general lo detestan). Por ahora no puedo bloquear sus «te amo» hacia Eva. El habla poco y sonríe con una mezcla de orgullo, asombro y tristeza por lo que escucha y ve. Se pone serio cuando le digo que tenemos que seguir con nuestras cosas: cenar, descansar, vivir nuestra vida. Siempre llama de noche. El tiene todo el tiempo del mundo. Yo no.

SAM_4212Ahora se le sumaron el abuelo Mamadou desde Austria y el tío Metzo desde Italia (una especie de Balotelli afro). Hace unos días recibí una llamada de Mamadou y pensé que le había pasado algo al papá de Evangelina. Siempre pienso que le puede pasar algo. Pero no, era el abuelo africano queriendo confirmar si seguía con el mismo teléfono y preguntándome por su nieta. Le llegaron fotos y asegura que es una mini Amadou en potencia. Cuenta que él, de chico, no paraba de moverse, que lo amaban en el barrio, que se quedaba a dormir todos los días en una casa distinta.

Metzo, el tío arquero en Roma, se conmueve porque asegura que ve reflejada en ella a su mamá, Sokhna, la abuela africana que conoció a Eva también por fotos antes de morir.

El abuelo Mamadou me contó que está viajando a Francia y que posiblemente venga este año a la Argentina. Metzo ruega que le avise si volvemos a Europa porque no quiere perdérsela. Y Amadou alimenta este extraño e insuficiente amor a distancia.

Aunque a veces duela y empaste nuestro andar, las tomo como voces que llegan desde el más allá para reconstruir parte del 50 por ciento de lo que es Eva. También siento que ayudan a armar su propia historia. Estoy en paz. Tengo respuestas a todas sus posibles preguntas.

2 comentarios en “Llamadas desde el más allá”

  1. Ay mi querida Vale. Es difícil… lo sé. Sabés que lo sé. Pero querés que te diga una cosa…es difícil «para nosotras». Porque somos grandes, porque somos mujeres, porque somos independientes (o tenemos el coraje para serlo aunque a veces sea tan duro y agotador), porque tenemos mil conceptos establecidos, porque pretendemos o nos gustaría una realidad diferente para cada cosa, porque… porque… podría seguir bastante mas. No?. Pero para Evi ese «te amo» es mas que suficiente. Es lo que la va armando como ser humano, es lo que le va dando forma a su corazoncito día a día…lo que la hace sentir amada, aceptada, querida, deseada, necesitada, en definitiva, va creando y afianzando esa personalidad que en el futuro la va a hacer capaz de amar, aceptar, querer, desear, necesitar. Un «te amo» dicho desde el alma vale más ninguna otra cosa. Muchos padres están presentes pero jamas dicen «te amo»…muchos familiares están y te ignoran o jamás te hacen sentir realmente amados (lo viví y lo vivo en carne propia). Ese «te amo» es mas que suficiente para ella, aunque para nosotras o para vos tal vez no. Es invalorable el interés que te demuestra la familia de él…que te cuenten que se parece al padre, que cuando el padre era chico tal cosa o tal otra…que se desesperen por amarla, verla, compartir con ella. Destila amor… lo sentí… lo vibré… Ay..Perdón querida Vale si me estoy haciendo la «sabia»…jaja… pero tengo la necesidad de decirte que si está en vos poder manejarlo no le prives a Evi de esos momentos…es mas… dejalos grabados, registralos… Son su legado. Diferente, pero legado al fin. Las quiero mucho y perdón mi atrevimiento. Y gracias por compartir tus sentimientos con nosotros!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.