Cuando Papá decide no estar II: la historia de Rocío y Gedeón

* Por Rocío Chazarreta

Mi nombre es Rocío. Fui mamá soltera desde el día 1. Tengo un hijo llamado Gedeón. Vivo en Berazategui, zona sur del Gran Buenos Aires. Volviendo al inicio de mi historia, a mis 17 años de edad conocí en mi barrio a un hombre llamado Gedeón de origen camerunés, de 31 años de edad. Nos cruzamos en dos oportunidades en mi zona e intercambiamos nuestros números de teléfono. Así arrancó con nuestra relación.

Con respecto a la comunicación, era de poco hablar. Yo trataba más que nada de preguntarle por su familia. Me contó que tenía una hija, en ese momento de unos 10 años, que vivía en París. Ya en junio de 2005, con 18 años recién cumplidos, me enteré que estaba embarazada. Ya de por sí él contaba con varias líneas telefónicas así que la comunicación no era tan fluída.

Después de una semana de haberle escrito y de no recibir respuesta lo encontré en el camino y le comenté que estaba esperando un bebé. Con miedo a su respuesta, pensé lo peor. Pero fue todo lo contrario. Me preguntó qué pensaba hacer al respecto y yo más que segura le contesté que lo pensaba tener. Así que, con él sin oponerse, seguimos adelante.

Teníamos más comunicación telefónica pero nunca coincidimos para que él me acompañe a mis controles. En ese momento, yo estaba trabajando para una casa de familia y, gracias a la obra social de mi papá, podía atenderme sin inconvenientes. Tuve a mi hijo el 17 de enero de 2006, un mes antes de la fecha de parto en una clínica de Quilmes.

LAS PRIMERAS AUSENCIAS

Ahí empezaron los inconvenientes. Venía poco. La continuación no era contínua y la plata tampoco. El había perdido el interés. Siempre que lograba comunicarme, tenía una excusa nueva. La verdad era muy triste y, al tener un amplio margen de edad, siempre él ganaba y yo terminaba creyendo su situación.

Después de tres meses, retomé mi trabajo. Económicamente venía para atrás. La situación nuestra estaba cada vez peor. Trataba de remarla sola. Perdí todo tipo de comunicación y a los seis meses de mi hijo él apareció de la nada con una bolsa de pañales y un cochecito de bebé último modelo diciendo que se había ido a Francia. Que no podía conmigo…

Dada mi situación económica, anoté a mi nene en un jardincito del Estado, un lugar divino con maestras buenísimas. Pero no coincidía con el estatus social que él aparentaba. Al principio él lo rechazó.

Me puse de novia con otra persona y ahí corté un poco el vínculo afectivo. Teníamos comunicación solo de padres, alguna que otra reunión en el jardín, la cuota de alimentos que era de palabra porque no cumplía, las consultas con los médicos… Yo le pasaba el parte semanal o mensual dependiendo de la relación. Así fue la relación siempre.

A medida que Gedeón fue creciendo tenían más comunicación entre ellos. Mi nene siempre esperaba que él venga contando los días. Me preguntaba un millón de veces por qué el papá no venía. Yo siempre cubriendo esa falta diciendo que su papá vivía medianamente lejos, que trabajaba, que no podía dejar el trabajo de un día para otro…

El ya estaba instalado en Paraguay. Así que en 2010, charlando con Gedeón donde podíamos ir de vacaciones, se me ocurrió decirle Bariloche y que, sino, podíamos ir a visitar a su papá. Sin pensarlo, organizamos y emprendimos el viaje a Paraguay. Mi nene estaba súper emocionado. Hablamos con su papá y al no tener el permiso, quedamos en viajar a Clorinda, Formosa, que él nos esperaba ahí para pasar a Paraguay. Y así fue. Estuvimos unos 10 días en su casa, Para mí hijo fue su mejor viaje y para el padre de mi hijo fue una de tantas demostraciones de amor en su máxima expresión de nuestra parte porque a pesar de toda su irresponsabilidad acarriada por años yo vi la necesidad de mi hijo, con hijos de por medio, no había cambiado nada, mantenía su vida de soltero. Así pasaron los años y yo fui perdiendo el interés de contarle todas las vivencias y circunstancias que iba pasando su hijo que fue item número 1 en nuestra relación. Hasta me había arrepentido de haberle dado ese lugar tan importante como papá.

APARICIONES Y DESAPARICIONES

En octubre de 2019, con Gedeón cursando el segundo año de secundaria, decidió venir después de tantas promesas. Llegó hasta su escuela para darle una tremenda sorpresa. A la vista de todos, se notó la necesidad por la que pasó siempre mi nene. Su presencia no era solo importante de mi boca para afuera como mamá sino desde lo más profundo de su coranzoncito.

Con solo verlo, se puso a llorar delante de todo el colegio. Seguramente en la cabeza de esa persona adulta de 46 años, con problemas de presión alta desde siempre, iba cayendo lo que durante 13 años le fui diciendo de la importancia de su presencia, que lo que siempre le dijo no era para molestarlo ni para hacerlo sentir mal sino que hay que ponerse en el lugar del niño. Que ellos sufren, que ellos esperan y que ellos son nuestra responsabilidad. Que el trabajo era compartido, no era un capricho mío. En ese viaje que hice, logré que me firme el permiso de viaje de Gedeón para poder sacarlo del país.

Siempre fui muy sensible así que este tipo de crianza que me tocó afrontar sola la sufrí y la lloré por años.

UN FINAL INESPERADO

Hablamos durante mucho tiempo en el que que traté de priorizar el crecimiento de Gedeón pero no hubo tiempo. El 19 de febrero del 2020 recibí el llamado de un familiar mío comentándome que en el perfil de facebook del padre de mi hijo la gente había comenzado a despedirse de él. Una noticia que jamás se me cruzó por la cabeza tener que decirle a mi hijo que su papá había fallecido. Así es que recibí un montón de llamados de su gente. La noticia era real. Había fallecido de muerte natural por los antecedentes cardíacos que tenía.

En ese momento se me desmoronó el mundo completamente. Venía de trabajar sin parar de llorar pensando cómo decirle a mi nene de la manera menos dolorosa que su papá se había ido al cielo. No podía aguantar mis lágrimas. Al verlo hice tripa corazón una vez más y logré decirle. El llanto de mi hijo fue lo peor. Saqué fuerzas de donde no tenía y le expliqué que siempre fuimos nosotros dos, así que íbamos a seguir siempre para adelante. Que su papá tenía un problema de base que no había resuelto y que su corazón no lo soportó. Que estaba acompañado por Dios y que más no podía hacer que ir a despedirlo a Paraguay. Sin un centavo, solo con los pasajes que sacamos a pagar, el 21 de febrero emprendimos viaje para cerrar un vínculo que ya no pertenecía a esta tierra, quedando en la mente de mi hijo los pocos recuerdos con su papá.

JUNTOS, SIEMPRE

Nosotros seguiremos luchándola, los dos juntitos como siempre hemos estado. Ya con Gedeón de 14 años, una edad muy complicada, estoy más atenta a sus cambios, a sus necesidades, abriendo los ojos a 360 grados, dejándolo crecer y acompañándolo en sus proyectos como terminar el curso de barbero y tratando de que arranque con la lectura de los libros de finanzas porque su objetivo, al finalizar el colegio, sería encarar una carrera basada en Economía.

16 comentarios en “Cuando Papá decide no estar II: la historia de Rocío y Gedeón”

      1. La verdad q Si, nosotras no tenemos opciones, o nos hacemos o nos hacemos!!! Pero bueno nosotras x nuestros hacemos Magia!!! Siempre podemos… somos incondicionales

  1. Tal cual lo vivido Ro!!! Como familia acompañamos como pudimos este gran tramo de tu vida. Con un fuerte e incalculable apoyo de la abuela Quimy y del abuelo Coco( para Gede su papi cuando era chiquito). No recordaba que tan niña eras. Solo recuerdo el fin de la secundaria y tus proyectos de la facultad y luego el baldazo de agua helada!!!! Y saliste al mundo…

  2. Hermoso los dos , desde que nos conocimos vi como luchas por gedeon y haces lo imposible por hacerlo salir adelante . te quiero mucho ro sos una gran mamá.

  3. Bella luchadora nos conocemos haces 3 años y en poco tiempo nos contamos nuestras historias similares como sacamos adelante a nuetros hijos .sos una exelente mamá

  4. Que madre ejemplar!! Una historia de amor hermosa y dolorosa a la vez Como también muy sacrificada. Pero una vez más la frase MADRE HAY UNA SOLA se impone con fuerza, mostrando la grandeza de ser mujer!!!! Y la gran capacidad de amar que atesoramos en nuestros corazones. Sin dudarlo, allí estamos día a día, con las manos llenas de calor ,con un beso y abrazo que le da a nuestros hijos la sensación más maravillosa de amor que les podemos dar y a la vez dejar como legadoROCIO SOS UNA MADRAZA

  5. Ay Ro! Tu vida sin dudas fue bendecida con Gede, te hizo tan fuerte, tan entera, celebro cada palabra de vida que compartiste, asi sos, de fierro, sensible, con un corazón enorme. Sos muy importante en mi vida, te quiero.

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